elEconomista 25 enero 2024
Opinión
Leo con estupor cómo los gigantes de la ingeniería pública: Ineco y Tragsatec, alcanzan cifras astronómicas y se pavonean como empresas cotizadas en el parqué proclamando: «Creceremos a dos dígitos, alcanzaremos los 5.500 empleados indefinidos, diversificaremos nuestras líneas de negocio…», pero; ¿con qué dinero se financia todo ese crecimiento? ¿Cuánto erosionan los dichosos encargos a medios propios a los capítulos de inversión de los presupuestos de las Administraciones Públicas? ¿se pretende llegar a una ingeniería pública todopoderosa propia de China?
Después de una intensa tarea de denuncia ante las Administraciones Públicas, que dicho sea de paso son nuestros clientes, y de sensibilización en los medios; hace ya 7 años, varias asociaciones de empresas de ingeniería integradas la mayoría a día de hoy en la Federación CÍES, Conocimiento e Ingeniería de España, emprendimos la carrera de hacer frente a la competencia directa de la pública Ineco a quien hemos denunciado por competencia desleal ante la CNMC y ante el Juzgado de lo Mercantil de Madrid. La primera denuncia, interpuesta en enero de 2019 y basada en como la actividad internacional de Ineco aminora el tamaño del mercado en España por la regla del 80/20 (un medio propio sólo puede realizar el 20% a clientes no accionistas de acuerdo con el art. 32 de la Ley de Contratos del Sector Público), ha sido archivada prácticamente sin instrucción por parte del regulador independiente, pero con dos votos particulares sobre cuatro de su Consejo, lo que nos ha movido a recurrirla ante la Audiencia Nacional, proceso en el que la Abogacía del Estado se ha personado hasta en tres ocasiones. La segunda, de mayo de 2020, ya tiene fecha señalada para la vista oral 14 de octubre de 2024, habrán transcurrido 4 años y cinco meses, gracias a un ejercicio de dilación procesal por parte de la empresa demandada digno de estudio. Y será en este año cuando denunciemos a Ineco ante la Comisión Europea por ayudas de Estado.
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El caso de Tragsa y de su filial Tragsatec aún es más grave, al alterar su actividad a toda la cadena de valor del sector de la construcción. ¿Habrase visto un objeto social más amplio? capaz de realizar desde un palacio de congresos hasta un estudio de inundabilidad de una cuenca hidrográfica. ¿Una estructura societaria de mayor capilaridad? capaz de recibir encargos desde los nuevos Ministerios hasta el Ayuntamiento de Marbella pasando por Ceuta y Melilla, donde casi opera en monopolio.
Al objeto de establecer un orden de magnitud del problema que nos afecta al sector privado, desearía compartir con los lectores las cifras de negocio; la de Ineco, que ha anunciado que cerrará el ejercicio 2023 con 440 millones, siendo de facto la mayor empresa de ingeniería civil en España en el mercado nacional y la del grupo Tragsa, que cerró 2022 con 1.313 millones. De esas cifras, estimamos que más de 850 millones se correspondieron con encargos. Importes astronómicos, demasiado grandes para no redoblar nuestras acciones. Adicionalmente, es fácilmente demostrable que las tarifas públicas de estas empresas, en base a las que reciben los encargos, son muy superiores a los precios de mercado que las Administraciones pueden obtener tras la licitación en procedimiento abierto; lo que además contraviene el principio de eficiencia que establece la buena administración de los recursos públicos y el artículo 86 de la Ley de Régimen Jurídico del Sector Público que, en su segundo apartado, condiciona el encargo a un medio propio a que sea una opción más eficiente que la contratación pública y resulte sostenible y eficaz, aplicando criterios de rentabilidad económica.
Y me pregunto, ¿Cuál es el interés para potenciar estos medios propios que son manifiestamente más caros e ineficientes que el sector privado? ¿es que quieren posicionarlas para su privatización? ¿pretenden que cerremos las empresas de ingeniería de este país? ¿pretenden que nuestros ingenieros trabajen solo para el todopoderoso Estado?
Las recientes campañas de captación de ingenieros y personal técnico por parte de estos gigantes están haciendo explotar la indignación de los empresarios. Realizan ofertas de empleo público de centenares de puestos que hacen tambalear los organigramas de las ingenierías contra las que el sector privado no puede competir.
Es por ello por lo que no cejaremos hasta finalizar con este dislate permanente y creciente, vamos a subir el tono, redoblar las acciones y a convertirnos en invitados incómodos de los actos de las secretarías de Estado de Transportes y del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico; no es una amenaza, es un anuncio de que deben reequilibrar inmediatamente el mercado. A los señores de la CNMC, en quienes todavía quiero creer, les ruego que vigilen a los medios propios, demuestren su independencia y abran un expediente relativo a la ejecución de los fondos Next Generation que deben ser destinados, exclusivamente, a las empresas privadas.
Ignacio Sánchez de Mora y Andrés
Presidente de CÍES.
Federación de asociaciones de empresas de Conocimiento e Ingeniería de ESpaña
https://www.eleconomista.es/opinion/noticias/12639524/01/24/ingenieria-comunista.html